jueves, 27 de febrero de 2014

Cómo perder el sobrepeso luego de un embarazo



La etapa del embarazo genera un inevitable aumento de peso en todas las mujeres. Este incremento de peso es de aproximadamente 10 kilogramos, con un rango normal variable entre 5 y 15 kilogramos. Sin embargo, el promedio no siempre se registra en la mayoría de las mujeres, ya que un embarazo es la primer excusa para “comer por dos”. La ansiedad por la espera del bebé suele encontrar una salida muy cómoda en los atracones de comida. Por eso, muchas mujeres tras el parto quedan con un sobrepeso que puede llegar a alterar la figura que tenían antes de quedar embarazadas.
Si recientemente has dado a luz, y deseas eliminar los kilos de más, debes tener en cuenta algunas sugerencias. Siempre que no comas en exceso y mantengas una actividad razonable, irás perdiendo peso gradualmente sin restringir el consumo de alimentos. Asimismo, el amamantamiento parece colaborar con una pérdida de peso más rápida. Aunque no amamantes, no tienes que restringir el consumo de alimentos por lo menos en los primeros meses; recuerda que necesitas la energía para encargarte de tu bebé. De todos modos, las dietas restringidas en calorías no funcionan a largo plazo. Alrededor del 90 por ciento de las personas que bajan de peso con dietas estrictas o hipocalóricas lo recuperan tras un par de años. Esto se explica porque la tasa metabólica decrece cuando padeces hambre, con lo que recuperas la grasa más fácilmente cuando vuelves a comer normalmente. 

Consejos útiles para eliminar kilos de más

Puedes recuperar tu peso ideal y tu figura sin hacer grandes sacrificios. En principio debes descartar ciertos alimentos y reemplazarlos por otros más sanos, pero sin preocuparte demasiado por la cantidad de comida que ingieres. Por otro lado, debes comenzar un programa de ejercicios aeróbicos para quemar la grasa acumulada y aumentar tu ritmo metabólico (de esa forma consigues quemar más calorías en estado de reposo).
Respecto a la organización de tu dieta diaria, te aconsejamos que sigas los siguientes consejos prácticos y pronto verás como desaparecen los rollitos acumulados:
• Suprime la ingesta de grasa saturada (animal), que se encuentra en carnes rojas y productos lácteos enteros, y limita la ingesta de aceite vegetal endurecido o hidrogenado, que se usa en tortas, galletitas y repostería.
• Consume grasas vegetales y en muy pequeñas cantidades, como el aceite de oliva extra virgen o de maíz.
• Calma tu apetito o ansiedad con hidratos de carbono no refinados, como pan, pasta y cereales integrales (arroz, trigo, maíz, cebada y avena).
• Consume diariamente al menos cinco porciones de frutas y hortalizas (no importa de qué clase sean).
• Disminuye el consumo de azúcar blanco, golosinas, pasteles, tortas y chocolates. Estos productos son extremadamente ricos en calorías, y no hacen más que atentar contra tu pérdida de peso.

Los usos terapéuticos de la musicoterapia



La musicoterapia es mucho más que un método sonoro para modificar el estado de ánimo y elevar el autoestima. Actualmente se le reconocen una serie de aplicaciones terapéuticas que actúan como un eficaz complemento en tratamientos médicos y psiquiátricos. Entre los principales usos, pueden destacarse los siguientes casos:
• Enfermedades psíquicas: la musicoterapia actúa como estímulo a través de experiencias que favorecen la propia identificación, la autoestima, y le ofrecen la seguridad que necesita el enfermo. Mediante la repetición de una estructura musical determinada los pacientes alivian sus temores a lo desconocido.
• Discapacidades físicas: se utiliza la música en el paciente para prevenir sus frustraciones e impulsar sus motivaciones por alcanzar metas de rehabilitación. En estos casos la terapia brinda el mayor número de contactos posibles con el entorno. El dinamismo de la música ayuda a recobrar el ritmo físico en casos de una coordinación muscular defectuosa.
• Trastornos de adicción: se emplea como complemento en el proceso de recuperación del adicto mediante audiciones, improvisaciones, ejercicios de creatividad musical y otras técnicas que pueden desarrollarse individualmente o en grupo.
• Problemas auditivos: la música puede ser un remedio irreemplazable en personas con disminución auditiva. Las vibraciones, transmitidas a través del aire, pueden llegar a ser sentidas por la piel, los músculos y aun por el sistema nervioso del paciente, que será capaz de captar el timbre, la altura, la intensidad e incluso la duración de la música. 

Entre el arte y la ciencia

Como unión de música y terapia, la musicoterapia es a la vez un arte, una ciencia y un proceso de desarrollo interpersonal. Desde un punto de vista artístico, tiene que ver con la subjetividad, la individualidad, la creatividad y la belleza. Después de todo es la aplicación de un arte (la música) lo que produce beneficios para el cuerpo y la mente (a través del uso terapéutico). En cambio, desde una perspectiva científica, la musicoterapia está vinculada con la objetividad, colectividad, replicabilidad y verdad. Por su parte, como un proceso interpersonal, tiene que ver con la empatía, intimidad, comunicación, influencia recíproca y relaciones de roles.
Al ser un arte y una ciencia que se practica dentro de un proceso interpersonal requiere de la integración de muchos elementos aparentemente contradictorios. La musicoterapia puede ser objetiva y subjetiva, individual y colectiva, interpersonal e intrapersonal. Como arte, la musicoterapia se organiza por la ciencia y es focalizada por un proceso interpersonal. Como ciencia se enriquece por el arte y es humanizada por la relación que se establece entre el terapeuta y el cliente. Finalmente, como un proceso interpersonal, explota las características artísticas de la música y los lineamientos científicos de la terapia.

Cambia tu estado de ánimo con la musicoterapia



La musicoterapia es una técnica de relajación mental simple pero poderosa, que puede cambiar rápidamente los estados de ánimo negativos. También puede ayudar a superar tensiones y elevar el nivel de energía, y lo más increíble, puede llevarse a cabo en cualquier lado (en el lugar de trabajo, la casa o en un parque al aire libre). A su vez, está demostrado que la música es la mejor manera de hablar cuando faltan las palabras y además provoca una respuesta afectiva en quien la escucha.
Las armonías lentas y suaves tienden a suavizar la actividad física y aumentar la contemplativa. Por el contrario, las armonías complejas y dinámicas tienden a estimular la agitación y a reducir la concentración. En definitiva, la musicoterapia trata de equilibrar y coordinar sentimientos, vivencias y sensaciones, y ampliar la sociabilidad mediante el ejercicio de la atención, activando la creatividad y la seguridad personal. Desde el punto de vista práctico, una pequeña sesión de musicoterapia alcanza para modificar el estado anímico en cuestión de minutos. 

Arrastre: La técnica que modifica las emociones 

La musicoterapia funciona por arrastre; una técnica simple pero poderosa. Esto implica una fusión y sincronización con el ritmo de la música. Un ejercicio muy sencillo y efectivo que puedes llevar a cabo consiste en comenzar por combinar tu estado de ánimo actual con una música que tienda a perpetuarlo. Luego, y de manera gradual, puedes cambiar tu estado de ánimo variando la selección musical.
Puedes utilizar el arrastre para alterar prácticamente cualquier estado de ánimo. Necesitarás una grabadora y una cinta de 30 a 45 minutos de duración por cada lado. A continuación debes seguir los siguientes pasos:
Elige dos o tres piezas musicales que reflejen tu estado de ánimo actual (por ejemplo, falta de confianza, tristeza, ansiedad) y grábalas al principio de la cinta. Si estás deprimido, la música elegida será posiblemente sombría o melancólica; si estás ansioso, puede ser efusiva o tener un ritmo muy rápido.
A continuación, elige tres o cuatro piezas musicales que estén a medio camino entre tu estado de ánimo actual y el que deseas conseguir (por ejemplo, confiado, exaltado, relajado). En otras palabras, que expresen un estado de ánimo menos triste o ansioso pero aún muy moderado. Comienza con la melodía más apagada y avanza hacia la más animada.
Finalmente, completa la secuencia musical de tu cinta con tres o cuatro piezas musicales que encajen en la medida de lo posible con el estado de ánimo que deseas. Puedes emplear tu cinta de arrastre cada vez que la necesites, o simplemente puedes emplearla como música de fondo en cualquier momento del día.

Vida activa para un corazón sano



La actividad física es sin duda una herramienta indispensable, accesible y de bajo costo para mejorar y recuperar la capacidad funcional y preservar la salud cardiovascular de las personas. A través de la adopción de un estilo de vida más saludable pueden prevenirse muchos de los trastornos cardíacos. En este sentido, la vida activa asegura un corazón sano y fuerte. El ejercicio aeróbico disminuye la frecuencia cardíaca y la presión arterial en reposo a un nivel dado de trabajo, lo que resulta en una reducción en la carga sobre el corazón.
Por otra parte, el ejercicio incrementa la capacidad para captar, transportar y usar el oxígeno por parte de los tejidos (especialmente por los músculos ejercitados), para una mayor producción energética y mejor eliminación de desechos metabólicos. Esta capacidad se conoce comúnmente como capacidad aeróbica. Además, el ejercicio físico realizado en forma regular tiene efectos benéficos sobre la tasa de hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes, y disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, especialmente coronaria y cerebrovascular. 

Mover el cuerpo para ganar salud

Las poblaciones con bajo entrenamiento o de cultura sedentaria tienen expectativa de vida más corta en comparación con las que son más entrenadas y activas. Las que progresan de un nivel menor de actividad a uno mayor, logran disminuir el riesgo cardiovascular. Este nivel de entrenamiento puede ser alcanzado en forma muy sencilla, por ejemplo, caminando activamente unos pocos minutos por día.
Décadas de investigación sobre actividad física y salud en general, han confirmado algunos conceptos muy útiles a la hora de recomendar una actividad física a una persona inactiva:
• La mayoría de la población inactiva puede mejorar su salud y bienestar llegando a ser moderadamente activa, sobre una base de trabajo físico regular.
• La actividad física no necesita ser extenuante para alcanzar beneficios saludables.
• Los beneficios pueden aumentar si se incrementa la cantidad, frecuencia y duración respecto de un base de ejercicio establecida. 

Caminata: La actividad más recomendada

El mejoramiento de la capacidad aeróbica puede conseguirse con simples caminatas, las cuales se destacan por sus ventajas: fáciles de realizar; tolerables en casi cualquier condición de entrenamiento; seguras, pues tienen bajo riesgo de lesiones; y baratas, ya que no requieren equipos especiales. Puede variarse el tipo de ejercicio y combinar con ciclismo, natación, gimnasia aeróbica, patín, steps, etc.
La duración puede ir desde 15 minutos hasta alcanzar 45 a 60 minutos por día. Como alternativa, en algunos casos pueden dividirse las sesiones en dos diarias, de 20 a 30 minutos cada una. Es muy importante realizar una breve sesión de calentamiento, antes del ejercicio, y de enfriamiento después; esto debe ser obligatorio. También es importante incluir ejercicios de estiramiento con el objetivo de disminuir los riesgos de dolor y de lesiones musculares.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Músculos e inactividad: Una combinación poco saludable



Permanecer inactivos no es una cuestión de estilo de vida, sino más bien de salud. El proceso natural de envejecimiento genera una disminución casi imperceptible en las funciones normales del músculo. Esto incluye fuerza muscular, resistencia, agilidad y flexibilidad. Pero cuando esto se combina con la falta de estado físico provocado por la inactividad o se complica con una enfermedad o lesiones, estas funciones decaen con rapidez. Fisiológicamente, uno de los cambios degenerativos más notable asociado con el envejecimiento es la atrofia progresiva, o reducción, de la masa muscular. Esto se debe a la pérdida, tanto en tamaño como en número, de las fibras musculares.
La edad a la que comienzan estos cambios en los músculos es muy variable. También varían en grado, dependiendo de los músculos implicados y de su grado de utilización cuando uno envejece. Si bien es cierto que el número de células nerviosas en el sistema músculo esquelético decrece con la edad, puede acentuarse velozmente con un nivel de inactividad total luego de los 30 años de edad. Por último, cuando se produce la atrofia de las fibras musculares, tiene lugar la sustitución del tejido adiposo y fibroso (colágeno). En conjunto, estos cambios parecen ser responsables hasta cierto punto de la flaccidez y pérdida de la figura que registran muchas personas adultas. 

Sedentarismo: El círculo vicioso de la inactividad

La falta de movimiento corporal disminuye posteriormente la capacidad de adaptación a la actividad física, entrando así en un círculo vicioso. Al mismo tiempo, la proporción de grasa es cada vez mayor en relación con los demás tejidos, aunque no necesariamente se registre un incremento de peso corporal, ya que disminuye el tejido muscular y aumenta el adiposo.
Si una persona realiza habitualmente un trabajo sedentario (como estar sentado frente a una computadora), y un día corre o camina unos kilómetros sin haber realizado un entrenamiento previo, pasará los días siguientes con dolores y molestias. Esta falta de estado luego se traslada a los movimientos más sencillos (como subir una escalera o cargar una caja con libros).
La inactividad física o corporal acarrea además ciertas disfunciones orgánicas: estreñimientos, várices, propensión a la inflamación de los órganos abdominales (provocada por distensión de los músculos debilitados de la pared abdominal), sensación de fatiga y falta de vitalidad. Por ejemplo, muchos dolores de espalda que no tienen origen en traumatismos o enfermedades se deben a la debilidad de los músculos de esa zona, que se contraen de forma casi permanente. Frecuentemente, un simple esfuerzo por conservar erguida la espalda representa para la persona sedentaria una exigencia mayor de la que sus músculos son capaces de resistir.

Relajación: Distensión y elasticidad muscular



La capacidad del músculo para relajarse es necesaria para el movimiento óptimo y la salud corporal. Es en este sentido que el proceso de relajación muscular ha sido estudiado de forma intensiva, tanto en sus facetas físicas como químicas. Al igual que en la contracción, el mecanismo preciso de la relajación aún no ha sido comprendido en su totalidad. Sin embargo, conseguir una adecuada relajación muscular permite alcanzar un estado de bienestar físico excelente, al mismo tiempo que se consigue liberar el estrés acumulado en los músculos.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la relajación muscular es completamente pasiva (a diferencia de la contracción, que es activa). Cuando las fibras musculares ya no reciben impulsos nerviosos, se relajan. Por lo tanto, la relajación es básicamente el cese de producción de tensión muscular. En consecuencia, cuando los músculos entran en un proceso de relajación, se libera la fuerza elástica interna acumulada dentro de las miofibrillas musculares durante la contracción. De ese modo, la retirada de los componentes elásticos devuelve al músculo su longitud normal (que suele acortarse en el proceso de contracción). 

Estiramiento: Flexibilidad y agilidad muscular

Las fibras musculares son incapaces de alargarse, o estirarse, por sí solas. Para que se produzca el alargamiento debe recibirse una fuerza exterior al músculo mismo. Entre esas fuerzas están la fuerza de la gravedad, la fuerza del momento (movimiento), la fuerza de músculos antagónicos (contrarios) ejercida sobre el lado opuesto de la articulación, y/o la fuerza ejercida por otra persona o por alguna parte del propio cuerpo del individuo. Esto último puede lograrse mediante una fuerza impulsora o de repulsión, ya sea en forma manual o mediante la utilización de un equipo especial. En todos los casos, el resultado que se obtiene es el mismo: imprimirle flexibilidad y agilidad a los músculos evitando contracturas y acortamientos.
El incremento de la flexibilidad mejora la conciencia del propio cuerpo. Así, el estiramiento muscular estimula la irrigación sanguínea y el metabolismo de los músculos y del tejido conjuntivo. Además, se disminuye el riesgo de sufrir lesiones, porque la musculatura, los tendones y otras estructuras del aparato locomotor ganan elasticidad progresiva. Los músculos pueden entrenarse en el aspecto de la fuerza con un mayor recorrido de trabajo, ya que las articulaciones gozan de una mayor amplitud de movimiento.

martes, 25 de febrero de 2014

Cocina sabrosa: Las mejores recetas con huevos (2ª parte)




Huevos al curry

Ingredientes (para 4 personas):
- 8 huevos de granja
- 50 g de mantequilla
- 1 cebolla grande finamente picada
- 2 cucharadas de curry en polvo
- 300 ml de caldo de pollo
- sal y pimienta recién molida
- 1 cucharadita de arrurruz
- 150 ml de crema de leche espesa o para batir
- 3 cucharadas de coco deshidratado o recién rallado
- el zumo de 1/2 limón
- cilantro fresco para adornar
Preparación:
Precalienta el horno a 180 °C, gas 4. Hierve los huevos 12 minutos y luego enfríalos bajo el chorro del agua fría. Pélalos con cuidado y resérvalos. Derrite la mantequilla en una sartén pequeña y añade la cebolla y el curry en polvo. Fríe, sin dejar de remover, hasta que la cebolla esté tierna y translúcida. Luego añade el caldo y condimenta a gusto. Cocina a fuego lento 10 minutos. Mezcla el arrurruz con la crema y luego con la salsa de curry. Cocina a fuego lento unos minutos más.
Mientas la salsa se cocina, vierte 150 ml de agua hirviendo sobre el coco en un cuenco. Cuando se haya enfriado, cuela el líquido sobre la salsa de curry presionando el coco depositado en el tamiz con una cuchara para extraer todo el líquido; tira el coco. Incorpora el zumo de limón a la salsa y comprueba la condimentación.
Corta los huevos en rodajas o por la mitad. Colócalos en una fuente refractaria y vierte por encima la salsa de curry. Cubre la fuente holgadamente con papel de aluminio e introdúcela en el horno de 10 a 15 minutos para que se caliente. Adorna los huevos con el cilantro y sirve caliente.
 

Huevos a la Pizza

Ingredientes (para 4 personas):
- 4 rebanadas de pan blanco
- 50 g de mantequilla
- 1 cucharadita de aceite vegetal
- 4 huevos de granja
- 4 rebanadas de jamón cocido
- salsa de tomate cocida
- 4 rebanadas finas de queso fresco
- orégano a gusto
Preparación:
Precalienta el horno. Recorta las cortezas del pan y luego un disco en cada rebanada. Calienta la mantequilla y el aceite en una sartén y fríe el pan hasta que esté crujiente y uniformemente dorado. Consérvalo caliente mientras escalfas los huevos ligeramente (hervidos en agua pero abiertos, sin cáscara). Cuando éstos estén cocidos, incorpora una taza de agua fría al liquido de escalfado para detener la cocción. Puedes dejar los huevos en el agua unos momentos.
Recorta el jamón y coloca una loncha sobre cada redondel de pan frito. Escurre los huevos, pule sus contornos con tijeras de cocina y colócalos sobre el jamón. Vierte la salsa de tomate por encima y coloca una rodaja de queso fresco sobre cada pan. Esparce sobre cada preparado un puñadito de orégano a gusto. Dora un minuto en horno caliente y sirve de inmediato.

Cocina sabrosa: Las mejores recetas con huevos (1ª parte)



El huevo constituye un alimento en sí mismo y puede combinarse con exquisitos platos salados. También es el ingrediente de muchos productos de panadería y confitería, y ocupa un lugar privilegiado en la elaboración de pastas. Sin embargo, su cocción no es tan sencilla como parece, y a la hora de su preparación, la creatividad en las recetas con huevo suele ser una materia pendiente.
A menudo los huevos se cuartean y las claras se desparraman, mientras que otras veces las yemas quedan demasiado cocidas. En realidad, los huevos siempre deben cocerse por debajo del punto de ebullición para evitar que las claras se endurezcan. Un modo práctico y sencillo de hervir un huevo es cocerlo: coloca un huevo en un recipiente con agua fría y lleva a ebullición; luego, retira del fuego, tápalo y déjalo 5 minutos. Otra manera de preparar exquisitos platos con huevo es a través de las siguientes recetas: 

Huevos con base de salsa seca

Ingredientes (para 2 a 4 personas):
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 diente de ajo, machacado con su piel y pelado
- 2 pimientos verdes o rojos, sin semillas y cortados en tiras
- 250 g de tomates, pelados y finamente picados
- sal y pimienta recién molida
- 4 huevos caseros (de granja)
Preparación:
Calienta el aceite en una sartén. Añade el ajo y fríelo hasta que esté bien dorado. Incorpora los pimientos y sofríelos hasta que se ablanden. Mezcla la preparación con los tomates y condimenta. Cocina a fuego lento con el recipiente tapado. Prueba la mezcla y añade más sal y pimienta si fuese necesario. Rompe  los huevos encima, tapa y deja cocinar hasta que los huevos estén casi cuajados (las claras blancas y las yemas amarillo claro). Sírvelos directamente de la sartén al plato. Deben consumirse de inmediato y bien caliente.
 

Huevos con espinaca y queso

Ingredientes (para 4 personas):
- 750 gramos de espinacas
- sal
- 15 gramos de harina
- una pizca de nuez moscada
- 2 o 3 cucharadas de crema de leche espesa
- 4 huevos de granja
- medio litro aproximadamente de salsa Mornay (de queso)
Preparación:
Lava las espinacas y sacúdelas con suavidad. Colócalas en una cacerola asegurándote de que aún están húmedas. Tapa y empieza a cocinarlas a fuego moderado. A medida que se encogen, añade una pizca de sal y aumenta el fuego. Cocina hasta que casi se hayan ablandado, luego escúrrelas a fondo y devuélvelas a la cacerola.
Mezcla la harina y la nuez moscada con la crema y agrega a las espinacas. Cocina a fuego lento, removiendo de vez en cuando hasta que la mezcla se haya espesado y la harina haya absorbido el agua de las espinacas. Resérvelas al calor mientras precalientas el horno.
Escalfa los huevos (hervidos en agua pero abiertos, como si fueran fritos a la sartén). Al mismo tiempo, coloca las espinacas a la crema en una fuente refractaria ovalada para gratinar. Escurre los huevos con espumadera, colócalos sobre las espinacas y vierta por encima la salsa Mornay. Dore rápidamente unos minutos en el horno. Sirve de inmediato.

lunes, 24 de febrero de 2014

Hábitos para un hígado y riñones sanos



El hígado y los riñones son los dos órganos encargados de eliminar los productos residuales y las toxinas de la sangre. Estas sustancias químicas indeseables pueden acumularse en el torrente sanguíneo corno desperdicios de la digestión normal y del metabolismo de los alimentos, o pueden ser absorbidas directamente desde los intestinos, como ocurre con ciertos medicamentos. Si el hígado o los riñones funcionan mal, las toxinas pueden acumularse en la sangre, lo que puede provocar un estado de salud deficiente. 

Hígado sano, salud de acero

El hígado es el órgano que cumple una función primordial en el cuerpo: procesar las sustancias químicas del torrente sanguíneo, ya sea convirtiéndolas para que el organismo las pueda utilizar o modificándolas para eliminarlas a través de los riñones. Asimismo, interviene en la digestión y en el procesamiento de las grasas, y por lo tanto, su estado de conservación impacta en la salud de todo el organismo. Por ejemplo, el hecho de comer o beber cosas inadecuadas, como alcohol y café, puede reducir la capacidad de funcionamiento hepático. A causa de la constipación, los intestinos pueden llegar a reabsorber las toxinas, lo que además puede significar un esfuerzo para el funcionamiento del hígado. Por eso, para conservar un hígado sano es necesario tener en cuenta algunos consejos prácticos:
• Beber agua en abundancia, para favorecer la eliminación de toxinas (dos o litros o más por día).
• Adoptar medidas para evitar la constipación, como por ejemplo, consumir alimentos ricos en fibra soluble.
• Disminuir notablemente el consumo de alcohol, cafeína, productos grasos y azucarados. 

Riñones sanos, organismo limpio

Los riñones filtran constantemente la sangre, expulsando las sustancias químicas residuales y el exceso de líquido, que el cuerpo excreta en forma de orina. Salvo en el caso de un mal funcionamiento renal, lo cual requiere un control médico de la alimentación, lo que ingerimos no ejerce un efecto decisivo en la salud de los riñones, aunque es importante beber líquidos en abundancia, sobre todo agua, para conservar completamente limpio el sistema y evitar infecciones en las vías urinarias.
Sin embargo, hay personas con tendencia a desarrollar "piedras" (cálculos) en los riñones. Se trata de depósitos diminutos que pueden provocar dolores agudos al pasar por el tracto urinario y quienes los padecen suelen necesitar tratamiento médico. Para prevenir esta dolencia, conviene reducir el consumo de alimentos ricos en ácido oxálico, como remolacha, espinaca, grosellas, frutilla, frutas secas, chocolate y té.

Grasas en su justa medida



En la actualidad, médicos y nutricionistas aconsejan consumir menos grasa. Sin embargo, a pesar de la oferta de productos bajos en calorías que han aparecido, las personas siguen consumiendo una importante cantidad de grasas. Las grasas entran al torrente sanguíneo y circulan durante varias horas hasta que el hígado las elimina. Cuanto más elevados sean tus niveles de grasa, más probabilidades hay de que tus arterias se taponen con depósitos grasosos, dando lugar a la aparición de la arteriosclerosis. La arteriosclerosis es un trastorno que constituye un importante riesgo de dolencia cardíaca en sí misma y es la causante de la hipertensión arterial, otro riesgo de dolencia cardíaca. Es posible que los niveles de grasa en la sangre también sean elevados si no llevas a cabo algún tipo de actividad física necesaria para quemarla (como por ejemplo, ejercicios aeróbicos).
Tu ingesta de grasas debe ser del 25 al 35 por ciento del total de las calorías que consumes diariamente. De este porcentaje, no más del 10 por ciento debe provenir de grasa animal saturada (grasa de carnes y productos lácteos), el 7 por ciento de aceites de pescado o vegetales poliinsaturados y el resto, de aceites monoinsaturados (como el de oliva). 

Aceite de oliva: Una grasa altamente saludable

El aceite de oliva disminuye los niveles del colesterol que forma ateromas y mantiene los niveles del colesterol bueno, que reduce los niveles de grasa en la sangre. Y cuanto más verde o virgen sea el aceite, más rico será en vitaminas antioxidantes y flavonoides. Los antioxidantes absorben los subproductos perjudiciales del metabolismo humano llamados radicales libres. Éstos se relacionan con las afecciones cardíacas, el cáncer y el envejecimiento en general. Las vitaminas C, E, el beta‑caroteno (vitamina A vegetal) y el mineral selenio son excelentes antioxidantes, y se encuentran en cítricos, verduras de hoja verde, zanahorias, tomates, frutos secos y mariscos.
Desde luego que la grasa que provee el aceite de oliva también engorda, así que debes moderar su consumo (sobre todo si deseas bajar de peso). El secreto de sus beneficios radica en consumir pequeñas cantidades. También, es preciso evitar el consumo general de grasas, principalmente la grasa animal saturada, presente en las carnes rojas, los quesos, la crema y la leche entera; y la grasa vegetal hidrogenada (dura), presente en alimentos como tartas, tortas, galletas y repostería.

viernes, 21 de febrero de 2014

Firmeza y convicción: Dos armas contra la debilidad



La organización de las obligaciones es una forma eficaz de combatir el estrés, al igual que la defensa de los valores y la expresión de nuestros propios deseos y necesidades. Por eso es sumamente importante mantener bajo control nuestros impulsos pero sin dejar de decir lo que sentimos o de hacer lo que pensamos. De lo contrario, si eres propenso a un comportamiento pasivo, es probable que antepongas los deseos de otra persona a los tuyos propios. En este sentido pueden aparecer momentos en los que exista un conflicto entre tus necesidades y las exigencias de tu trabajo y de tu hogar. Aprender a cuestionar y discutir con “firmeza” y “convicción” lo que te exige tu jefe, tu familia y tus amigos es la base esencial de una personalidad sólida, convincente y especialmente fuerte.
Actuar con firmeza no implica necesariamente mostrar una actitud agresiva ni dejar de prestar atención a las necesidades de los demás. Más aún, las personas con actitudes firmes pueden enfrentarse a las circunstancias de una manera relajada, evitar los malentendidos e impedir que les convenzan para proceder en contra de sus convicciones. Para vivir sin conflictos mentales, es preciso aprender a dar respuestas afirmativas o negativas sin titubeos. Por ejemplo, si en tu jefe te pide que te quedes a trabajar fuera de hora, y consideras que es injusto, pues debes planteárselo y decirle “no” de manera firme y contundente. El secreto consiste en aprender a negarte de una manera calmada y razonable, sin violar los derechos de los demás. 

El camino hacia una nueva personalidad

Para construir una personalidad firme necesitas aprender algunas técnicas que te permitirán enfrentarte a situaciones cotidianas en las que desees expresar tus derechos. Está demostrado que repetir continuamente una frase durante todo el día condiciona nuestra manera de pensar y proceder. Por eso, es muy efectivo repetir con frecuencia y completamente relajado la siguiente frase: “no, hoy no puedo hacer lo que me pides”. Recuerda que si se presenta una situación en la que estás convencido de que no debes hacer tal o cual cosa, simplemente dices no sin lamentarte ni dar explicaciones para justificar tu respuesta. Prescinde siempre de todo tipo de presión y no discutas; es muy bueno para tu salud mental darle cortes definitivos a las cosas y sin dar vueltas.
Asimismo, necesitas expresar tus ideas, deseos y necesidades con suma claridad. Si eres claro y coherente en tu comunicación con los demás, puedes conseguir todo lo que te propongas. Lo mismo sucede cuando alguien te transmite algo; de ser necesario pide una aclaración y asegúrate de que has ofrecido y recibido instrucciones claras y específicas.
Por otra parte, el hecho de admitir un error, aceptar una crítica, o estar dispuesto a cambiar algo que no está bien, te permite respetarte a ti mismo y demuestra que tienes la suficiente seguridad como para asumir la plena responsabilidad de tu propio comportamiento. De esta forma puedes demostrar firmeza pero sin necedad.

Feng Shui: Cómo organizar tu espacio de trabajo



El arte chino del Feng Shui propone una forma de organización de los objetos que favorece y potencia nuestra propia energía corporal. El lugar de trabajo, como por ejemplo el escritorio, puede definir claramente el éxito o fracaso laboral y profesional. Aunque parezca increíble, una mala disposición de las herramientas de trabajo puede generar la falta de voluntad para cerrar un contrato, impedir un aumento de sueldo o transformar una idea creativa en algo sin sentido.
En principio, limpiar y ordenar el espacio de trabajo promueve el estímulo mental y contribuye al desarrollo de pensamientos claros y coherentes. Desde un punto de vista psicológico, el desorden exalta la mente, favorece los estados depresivos y produce irritabilidad. Esto se debe principalmente a que la desorganización en el ámbito laboral implica necesariamente un trabajo pendiente por hacer o terminar. En este sentido, la energía vital o chi se disipa ante un estado de desorden y no permite optimizar el tiempo de trabajo. Nuestra capacidad laboral disminuye notablemente y puede general conflictos en cuanto a la productividad y eficiencia. 

Consejos para transformar tu lugar de trabajo

• Conserva el escritorio tan limpio como puedas. Si prescindes de lo que no utilizas y sólo dejas a mano aquello que necesitas para trabajar, podrás concentrarte mejor en lo que debes hacer.
• Acostúmbrate a guardar los papeles cuando hayas acabado de trabajar con ellos. No dejes que se acumulen en el suelo. Este suele ser el principio de un gran desorden.
• Cuando un nuevo trabajo llegue a tu escritorio, decide qué hacer con él inmediatamente. Programa tu agenda de trabajo estableciendo prioridades y no dejes innecesariamente labores pendientes. Si puedes hacer algo hoy, pues no lo dejes para mañana. Recuerda que no siempre contarás con el tiempo necesario para decidir cuándo hacer las cosas.
• Coloca un cesto de basura cerca del escritorio, para deshacerte rápidamente de aquello que ya no te sirve. No acumules papeles que no tienen sentido, ya que es un claro síntoma de estancamiento.
• Dedica tiempo periódicamente para examinar todos los documentos y papeles archivados. Deshazte de todo lo que haya caducado o ya no sea necesario. Es muy común guardar cosas con la idea de emplearlas en el futuro, aunque inicialmente reconozcas que es improbable que vuelvas a utilizarlas. 

Organiza tu tiempo y disfruta más la vida

El tiempo del trabajo debe estar perfectamente equilibrado con el tiempo del descanso y la recreación. De no ser así, el trabajo puede convertirse en una actividad tediosa, monótona y aburrida. Por eso es necesario organizar el tiempo de manera que puedas dedicarte a disfrutar los placeres que te ofrece la vida. Intenta siempre separar las obligaciones laborales de los compromisos familiares o sociales. Para ello, prográmate tiempo para ti mismo; periodos del día en los que sabes que no estarás vinculado al trabajo. Es una excelente práctica dedicar momentos del día para trabajos e ideas creativos, o simplemente para sentarte en silencio e inundar tu cuerpo y tu mente de energía.